Si tuviéramos que explicarle a nuestras abuelas a qué nos dedicamos no estamos seguras de ser capaces de hacerlo con éxito, pero podríamos contarles que hoy se celebra el Día Internacional del Community Manager, una profesión relativamente nueva (o no tanto) con cada vez mayor demanda. Literalmente es un profesional que trabaja para crear y gestionar una comunidad en torno a una marca. What?
Algunos piensan que ser CM es “publicar en redes sociales”. Por supuesto, eso cualquiera puede hacerlo: abrir un perfil en una red social es gratuito y solo necesitas tu smartphone para hacer fotos y ponerte a teclear. ¡Qué peligro! En nuestra opinión ese es el gran riesgo que tienen las redes sociales para las empresas: que cualquiera puede hacerlo, pero no todos están cualificados para ello.
Dejar tu imagen de marca en manos de un aficionado puede tener consecuencias nefastas, tanto como tener un comercio abierto al público sucio y desordenado, o insultar a tus clientes cuando cruzan la puerta de tu establecimiento.
Hay dos profesiones dentro de este ámbito que, aunque son distintas, suelen converger en una misma persona en las agencias boutique como la nuestra: son las de social media manager y community manager. Simplificando, el social media analiza y diseña la estrategia mientras que el community es el encargado de implementarla.
Ambas precisan formación y experiencia multidisciplinar, ya que requieren habilidades y conocimientos muy diversos, sobre todo cuando, como en nuestra agencia, convergen todas las funciones en un pequeño equipo:
- Diseñar y planificar estrategias social media.
- Tener conocimientos de fotografía y sensibilidad estética.
- Demostrar excelencia en la redacción de contenidos y copywriting.
- Conocimientos en la edición de contenidos audiovisuales.
- Creatividad publicitaria y conocimientos para diseñar, segmentar, lanzar y monitorizar campañas de marketing.
- Facilidad para la atención al público y la gestión de comunidades.
- Capacidad de análisis estratégico para evaluar métricas y resultados.
- Y, por supuesto, manejar con soltura y estar al día de todo tipo de aplicaciones digitales de edición, calendarización y análisis.
En resumen, hay que tener un profundo conocimiento de la lengua, buen gusto, habilidades sociales, visión estratégica, desenvolverse bien en el medio digital y ¡ser súper organizado!
Como muchas otras profesiones exige formación continua: es un entorno que evoluciona a una velocidad de vértigo en el que tienes que estar siempre al día.
La labor del CM es ponerse en la piel de la empresa, impregnarse de su filosofía y ser su voz (y sus orejas) a través de las distintas redes sociales.
Es muy difícil comunicar un contenido que no conoces en profundidad o con el que no te sientes identificado. Por eso es conveniente contratar a un CM con conocimientos específicos del sector en que se ubica la empresa y que sea capaz de identificarse con el mensaje que debe comunicar. En nuestro caso, por formación y experiencia profesional, nos hemos especializado en la comunicación online de determinados sectores:
- Empresas sensibles al cuidado del medio ambiente, productos naturales y ecológicos.
- Empresas relacionadas con el mundo del interiorismo y la decoración.
- Hostelería, alimentación y productos gourmet.
- Empresas relacionadas con la belleza, la salud y el cuidado personal.
- Empresas relacionadas con la formación y la enseñanza.
Existe la falsa creencia de que solamente las grandes empresas deben contar con expertos en social media marketing, pero lo cierto es que cada día más pequeñas y medianas empresas solicitan de estos servicios para dar visibilidad a sus negocios en la red, ofrecer una buena imagen de su empresa, ganar y fidelizar clientes, ¡ah!, y vender más (al final, ¿no es de eso de lo que se trata?).
Puede sonar un poco drástico, pero estamos convencidas de que es mejor renunciar a tener presencia online que gestionar mal las redes sociales corporativas, porque conseguiremos el efecto contrario al deseado y podemos encontrarnos en medio de una crisis de reputación online que dañe la imagen de nuestra marca.
Como cualquier otro departamento de tu empresa, la publicidad online requiere dedicación, profesionalidad y recursos. ¡No la dejes en manos de un sobrinity manager!
